Estoy obsesionada con su olor, con su mirada, con su sonrisa
y con que me está mirando, pero en realidad no me mira. Nunca me ha querido, y
yo lo sabía. ¿Sabes cuánto duele pensar que me querías y ver qué no? Solo
fueron imaginaciones mías y sueños que al despertar se me rompían. Así que voy
a dejar de mentirle a mi corazón y voy a volver a sonreír.
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